martes, 10 de diciembre de 2013

Una visión miope de "El Capricho"

Hace algo más de un año, un grupo de vecinos de este distrito creamos la Plataforma para la Apertura al Público del Búnker de “El Capricho” con el claro objetivo de poner en valor esta fortificación militar, la más importante construida en Madrid durante la Guerra Civil, y, consecuencia de ello, revalorizar aún más el maravilloso jardín histórico en el que se halla. Un año en el que hemos conseguido el respaldo de varias asociaciones culturales y de preservación histórica de la Comunidad de Madrid vinculadas con la investigación de aquel conflicto entre españoles, y el apoyo de un gran número de vecinos de este distrito y del resto de la ciudad que entienden que esta joya del patrimonio histórico debe ser disfrutada por los ciudadanos. A todos ellos, nuestro más sincero agradecimiento.

En el mes de febrero se consiguió el consenso político en el Pleno de la Junta de Barajas tras la multitudinaria I Jornada sobre el Búnker que organizamos días antes en el centro cultural “Gloria Fuertes”. El 17 de junio, y tras la todavía más multitudinaria II Jornada que tuvo lugar en la Escuela de Música a finales de mayo, el Concejal Delegado de las Artes, Pedro Corral, anunciaba en Comisión que «estamos trabajando en la apertura al público del bunker del parque de El Capricho en la Alameda de Osuna (…).La intención es poder acompañar esta apertura con un proyecto museográfico relacionado con la Guerra Civil». Pocos días después, quien escribe esta líneas era convocado a una reunión en la Dirección General de Patrimonio Cultural con el fin de delimitar la líneas generales del proyecto de apertura y musealización. Sin embargo, los presupuestos de este año no dejan lugar a dudas: el Ayuntamiento de Madrid tira la toalla.

Algunos han sido los obstáculos, más bien escusas, que nos hemos ido encontrando durante este año, todos ellos superados paulatinamente. Sin embargo, implícito a todos ellos, y que el Ayuntamiento no ha expresado directamente nunca, se halla lo que supone una visión miope que el consistorio mantiene sobre el propio Jardín Histórico de “El Capricho”. Éste, como cualquier otro de sus características, no es un mero recinto en el que se coleccionan una diversidad de elementos arquitectónicos y naturales, sino un espacio en el que la historia va dejando paulatinamente su huella, y la seguirá dejando; en definitiva, más que un mero recinto es un proceso histórico. Así, tan parte del jardín como los elementos más antiguos, y por ser huella de este devenir histórico, lo es también el búnker y los demás restos de la Guerra Civil. El Ayuntamiento, por el contrario, y aun siendo propietario del jardín en su integridad, ha realzado con el tiempo más los elementos de más edad condenando al ostracismo estos últimos. Parece pueril que sean cuestiones políticas (memoria histórica) las que hayan conducido a esta situación, aunque bien es cierto que nuestras instituciones no han llegado a afrontar la historia reciente de este país con la suficiente madurez. En cualquier caso, el consistorio no ha querido nunca realizar una gestión cultural integral de “El Capricho” que, poniendo en valor todos sus elementos, haga lo propio con todo el proceso histórico que representan; así, mantiene una parte del jardín, de su historia, en la oscuridad.

Hemos de ser optimistas, no obstante. Si algo ha quedado claro durante este año de trabajo es que los resultados obtenidos, si bien no se ha conseguido el objetivo final, constituyen un punto de inflexión. El búnker ha estado a punto de abrir al público y, por la atención social que ha suscitado, no parece que vaya a tardar mucho en hacerlo. Seguramente haya que esperar a que otro equipo de gestión con más sensibilidad cultural que el actual se asiente en el Ayuntamiento; será el momento en que Madrid, como casi todas las ciudades europeas, cuente con un museo temático aprovechando esta fortificación subterránea.

David Carrascosa

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